No debemos esta palabra a los griegos, sino a los romanos. Adulterio significa, en latín, alteración, adulteración, una cosa puesta en lugar de otra; llaves falsas, contratos y signos falsos, adulterio. Por eso llamaron por antífrasis coccyx, cuclillo, al pobre marido en cuya casa y cama pone los huevos un hombre extraño. Plinio el naturalista dice 1: «Coccixova subi in nidis alienis; ita plerique alienas uxores faciunt matres». Algunos doctos sostienen que debemos a los griegos el emblema de los cuernos, porque los griegos designan con la denominación de macho cabrío al esposo de la mujer que es lasciva como una cabra. Efectivamente, los griegos llaman a los bastardos hijos de cabra.
Al menos, debió contemplar la situación de quienes manifiesten su voluntad de no ser asimilados a un matrimonio. Cintia 16 de mayo de a las am Totalmente de acuerdo……. Llevamos 16 años juntos y tres hijos. Comunidad numerosa. La cual solo por esta situación?
La relajación de las costumbres, el lujo… hay tantas cosas que hacen arriar a una mujer. Ya hemos llegado, os dejo libre esta noche para vuestros asuntos, pero mañana os espero sin falta a cenar en esta dirección que aquí os doy. Raneville tiene buen cuidado de darle una falsa y en seguida avisa en su casa para que quien vaya a buscarle preguntando por el nombradía que ha dado pueda encontrarle con facilidad. Al día siguiente, el señor Dutour no falta a la alusión, y como se habían tomado todas las precauciones para que incluso con un nombre falso pudiera dar con Raneville en su alejamiento, le encuentra sin dificultad. Tras los cumplidos de rigor, Dutour da muestras de impaciencia al no ver todavía a la divinidad que espera. Apuesto a que os alegraría enormemente ponerme a la misma altura que a ese fatal de Raneville, de quien ayer me hablasteis en términos tan elogiosos. Dutour le contesta como hombre afortunado en amores, fatuo y, por tanto, necio.