Es increíble lo que cambió el mundo desde ael año en que volví a nacer. Precisamente, el exceso de velocidad fue la causa de mi accidente. Me dirigía hacia Santa Cristina, que en aquella época era la zona de fiesta para los coruñeses, con dos chicas y otro chico en mi Renault 5 GT Turbo. Pero en una curva perdí el control y nos estrellamos contra el muro de un reformatorio. Murió una de las chicas y yo, a mis 32 años, quedé en coma. No recuerdo nada de aquellos momentos, pero debía estar muy mal, porque mi padre incluso llamó al cura del hospital para que me diera la extremaunción. Sin embargo, ahí aguantaba. Al ver que mi estado no mejoraba, los médicos le preguntaron a mi padre si querían desconectarme. Gracias a esa convicción, ahora puedo contarlo.
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