Traducido del inglés por: Diego Pallés 1 mar El año pasado pasé tres meses trabajando de repartidor para Glovo. Cuando dicha investigación finalmente se publicó en este medio, en mayo, recibí comentarios positivos de lectores y repartidores por igual. Todos los repartidores menos uno. Esta persona tenía la impresión de que criticar a Glovo se había vuelto una especie de moda.
Un ejemplo de dilema moral lo tenemos en el siguiente caso, bastante asiduo en la vida de todo estudiante: 2. Un grupo de alumnos sabe quién es el responsable, pero deciden no decir nada, porque el discípulo causante del problema es amigo de ellos, y no quieren ser acusados de chivatos ni traidores. Hablando un pésimo portugués con acento extranjero, afirmó estar sin pasaporte, dinero ni lugar para dormir. Mi mujer le pagó un almuerzo y le dio el dinero necesario para que pudiera acontecer la noche en un hotel aun ponerse en contacto con su legación, y se fue. De esa forma, las empresas conseguían fabricar el producto a un precio mucho menor que el que tendrían que pagar si esas prendas se hubiesen fabricado en países con legislaciones respetuosas con los Derechos Humanos y protectoras de los derechos laborales y sindicales de los trabajadores. Algunas de estas multinacionales se justificaron, argumentando que ellos no fabricaban directamente las prendas, puesto que concedían la patente a empresas nacionales de esos Estados es decir, subcontrataban la fabricaciónlas cuales se encargaban de todo el proceso. Justifica moralmente tu disyuntiva.
Por ello, os enseñamos las verdades de ser programador, de la mano de uno de nuestros alumnos: Durante abundante tiempo estuve frustrado tratando de grabar por mi cuenta. Un curso por aquí, otro por allí, vídeos… empero nada. Me habló de KeepCoding, empero mi reacción natural fue: «voy a seguir buscando en internet, que hay mucho material gratuito». Ay, todavía me avergüenzo de esas palabras. Me pagó un mes de la plataforma online para que lo probase. Me hablaron del Lado Oscuro y me enseñaron a combatirlo.
Enero mojado, bueno para el tiempo y malo para el ganado. En enero, ni galgo liebrero ni halcón perdiguero. De flor de enero nadie hinche el granero. Pollo de enero, cabestrante o dinero.