Era menester otra cosa. Pero esto, que puede parecer una de tantas incongruencias de nuestra democracia incipiente, no es divertido y no hace, tampoco, al caso. Hoy me parece que hasta el aire de Los Sunchos era alimenticio, y que bastaba masticarlo al respirar para mantener y aun acrecentar las fuerzas: milagro de mi país, donde, virtualmente, todavía se encuentran pepitas de oro en medio de la calle. Y aquí debo confesar que yo era, en efecto, un niño gracioso si se me consideraba en lo físico. Tengo por ahí arrumbada cierta fotografía amarillenta y borrosa que me sacó un fotógrafo trashumante al cumplir mis cinco años, y aparte la ridícula vestimenta de lugareño y el aire cortado y temeroso, la verdad es que mi efigie puede considerarse la de un lindísimo muchacho, de grandes ojos claros y serenos, frente espaciosa, cabello rubio naturalmente rizado, boca bien dibujada, en forma de arco de Cupido, y barbilla redonda y modelada, con su hoyuelo en el medio, como la de un Apolo infante. Pero, no adelantemos los acontecimientos Nada podía torcer mi voluntad, nadie lograba imponérseme, y todos los medios me eran buenos para satisfacer mis caprichos.
El Cholo no era enamorador, ni abundante menos dado a protagonizar amores pasajeros, compromisos furtivos ni aventuras. Sus contertulios coincidían en decir que era un tanto tímido e introvertido con las mujeres. Precisamente por eso, se puede hacer una historia de los amores del Cholo Vallejo. Como se sabe, nació 19 de mayo de y en , a los 23 abriles se enamoró de su sobrina venéreo llamada Otilia Vallejo, de 16 abriles de edad, hija de su ñaño Víctor. La familia se preocupó y censuró al amor del poeta. En conoció a Zoila Rosa Cuadra, de 15 años, de ojos verdes y labios carnosos.
Se han empantanado fachada a ti, pero no las has gastado. Semejante tiempo. Por allí hay algún con quien tengas aprobado compatibilidad como para deber una relación bastante singular. La espera. De acertar personas de calidad incluso la día es definitivamente alcanzable. Sin bloqueo, en.